Llega la temida cuesta de Enero.
Una cuesta que ni el Torumalet.
Ni L’Alp D’Huez.
Ni el Anglirù.
Ni el Mont Ventoux.
Ni Lagos de Covadonga.
Ni Navacerrada.
Todos ellos, célebres puertos de montaña de las grandes pruebas ciclistas como la Vuelta y el Tour.
Primero, la lotería, a gastarse los cuartos en los décimos para que te toquen, si acaso, 100 euros de nada.
Luego, a comprar la cena de Nochebuena, con las comprobaciones pertinentes de que todo se ha puesto por las nubes. Eso por no mencionar los regalos de Papá Noel. Que te salen por un ojo. Ya te has dejado la paga extraordinaria.
Para la cena de Nochevieja, a comprarse la otra cena (con todo por las nubes), el cava o champán o lo que sea para brindar el año nuevo, y una de uvas que están por las nubes.
Año Nuevo y Vida Nueva (¡mentira total!, eres tan pringao como ayer) y uno se encuentra con la subida del gas, la del agua, la de la luz, la del Euribor, la de la gasolina, la del tabaco...
Día 6 de enero, llegan los Reyes, a gastarse los cuartos que queden en regalos.
¡Y luego los inteligencias me colocan las rebajas el día 7 de enero, justo después de hincharse a comprar regalos de Reyes, para que te sigas hinchando a comprar!
¡Normal que haya cuesta de enero, qué narices! Si es que has ido al Corte Inglés y te has comprado un reloj de pared que no sirve para nada pero estaba a quince pavos, ¡venga ya! ¿Y luego tenemos la osadía y el atrevimiento de poner pegas a que estamos si un puñetero céntimo?
¿Después de gastarnos todo en las Fiestas Laicas Invernales de las Localidades Progres de España y Más Allá Donde la Nieve se Extienda y el Gordo Vestido de Rojo Viaje con su Trineo y sus Renos? ¡A freír espárragos la cuesta de enero! ¡Si te has gastado todo entre regalos y comida y estás en números rojos, no seas tan mentecato para irte a las rebajas y comprar cosas que no hacen falta para nada!
Desde las siete de la mañana estaba el Corrá a las puertas de los almacenes esperando a que abran. Algunos sólo para salir por Telepolanco. Otros, ya, por principios. Otros, porque van todos los años a gastarse los pocos cuartos que les quedan.
Y algunos para salir en las fotos con cara de fumaos...
Pues eso. No me vengan ahora los que se gastan los cuartos en las rebajas con milongas de cuestas de enero ni mamarrachadas semejantes, porque no va a colar.
Y es que las rebajas son para eso: para joder a los señores Melchor, Gaspar y Baltasar.
Además, no es que bajen los precios; es que vuelven a ponerse donde estaban antes de Navidad...
domingo, 7 de enero de 2007
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2 comentarios:
Año nuevo, deuda nueva.
Ay, temo que yo haya sido víctima de las rebajas... aunque no madrugué, eso sí que no... Por cierto, soy de los que insisten en que ... ;)
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