martes, 24 de junio de 2008

Retorno con Eurovisión.

EL CHIKILICUTRE Y LA DECADENCIA EUROVISIVA.

Crónica escrita en las fechas eurovisivas; publicada, corregida y aumentada a día 24 de junio de 2008.

Bien, amigos lectores, seguimos en la Blogosfera, seguimos en las Crónicas de FJ, y seguimos con un asunto que hace que los que están dejándose la piel en un conservatorio profesional o superior de música, los que llevan años y años en esto de la música (sea mi caso, por ejemplo, desde los cuatro años), los que estudian música y echan a diario varias horas de estudio frente a su instrumento porque quieren llegar a ser algo… bueno, pues este asunto al que me refiero hace que todo esto sea basura, no valga para nada. ¿Por qué? Ya lo habrán ustedes adivinado viendo el título.

“Chikilicuatre”, o Chikilicutre. ¿Cutre? Sí. Por supuesto. Ni estudios musicales, ni devoción musical, ni currículum de nada. Bueno, sí. “Buenafuente” y va que chuta. En esta bazofia de país sólo triunfan los pringaos, los que no han dado un palo al agua en su vida, los que no saben hacer la O con un canuto y en caso de hacerla no saben leerla.

Los que estamos ahí, que no nos han regalado nada, los que hemos estado estudiando para tener una educación secundaria, un bachillerato, una selectividad aprobada (por cierto, ahora que me acuerdo, felicitaciones a Marta) y una carrera, aunque sea a medias actualmente, esos somos porquería (porquería al cuadrado si encima nos reconocemos públicamente de derechas, entonces sí que te linchan por mucho currículum que tengas aunque el currículum sea verdadero, ¿verdad, Bernat Soria?).

Y es que la audiencia de la tele pública es así de estúpida. Votaron a este sujeto, este individuo que lo único que sabe de música es el OPÁ y conoce a Frederick Chopin, mi ídolo pianístico, porque se llama igual que Federico (Jiménez Losantos), al cual escucha todas las mañanas con la única intención de reírse de él y lo que dice sobre ARG (Alberto Ruíz Gallardón).

Porque el sujeto no se crean que sabe, no, qué va, se limita a pegar bocinazos al compás de una elaboradísima percusión (que se limita a repetir ochocientas veces la misma estructura rítmica, que es corchea con puntillo, semicorchea, corchea, corchea, o sea el típico ritmo del reguetón; pobre percusionista, ni los cellos en el Canon de Pachelbel se aburrían tanto, ahí por lo menos había una música, una melodía, un algo…), y mientras pegaba los bocinazos con esa voz de diplodocus y sonaba esa percusión el público estaba ensimismado, jamás habían escuchado una maravilla semejante, eso sí que es música, venga, vamos a votarle a él, y luego sí, votamos a Zapatero.



El Chiki Chiki bien escrito se baila así:

¡Uno, el “breakingdance”!

¡Dos, el “crusaíto”!

¡Tres, el “Michael Jackson”!

¡Cuatro, el “Robocop”!

¿Pero esto qué es? ¿Esto es un país de idiotas o qué? ¡Pero Dios mío de mi alma, a qué extremos estamos llegando!

¿Pero a quién se le ocurrió la genial idea del Chikilicutre?, se estarán preguntando. No a los artistas del canon, desde luego. Buenafuente. Sí, sí, fue Buenafuente, el mismo Buenafuente que todos conocemos, el Andreu Buenafuente de la Sexta, que metió el vídeo en el Youtube para parodiar Eurovisión y reírse de todos los que allí salían. ¿Y qué mejor para ir a Eurovisión que una canción que se hace para reírse del Festival? ¡Pues nada, adelante!

Los orcos aquellos que ganaron la otra vez lo hicieron, digo yo, por originalidad en el maquillaje, porque la canción también era basura.

¿Pero es que no puede ir a representar a España, por ejemplo, Pig Noise? ¿O Amaral, o los restos mortales de la Oreja de Van Gogh? ¿Es que no pueden mandar a alguien competente por una vez en su vida? ¿Qué fue de Rosa de España, que ya ni se la oye? No, ahora se oye al imbécil de Bisbal, que no tenía dónde caerse muerto y ahora se ha hecho de oro gracias a que somos imbéciles, y ya hasta se va a grabar videoclips con la Rihanna esa que Dios sabe de dónde habrá salido.

Y luego me vienen los tíos diciendo que el Chiki Chiki es mejor que la de Massiel que ganó en su día y que Massiel le tiene envidia al Chikilicutre. ¿Envidia de qué? A ver. ¿Le tiene envidia por haber perdido? Anda que estamos para algo.

Esto está yendo demasiado lejos, eso seguro. Lo que está pasando aquí no tiene nombre. Que me manden a un tontol’haba que no sabe ni hacer la O con un canuto a Eurovisión… y yo que me pasé acompañando al piano a esta pobre muchacha de canto (que se está dejando la voz para tener su título de Música), con el objetivo de ganar el concurso Entre Cuerdas y Metales que se celebró (p’a ná, al final, p’a ná, porque tienes el día tonto, te quedas afónico y te eliminan); acompañando a este grupo de jazz del conservatorio, en la carpa de Cooltura… No, señor, a nosotros no nos dan nada. Sólo tenemos lo que tenemos, la satisfacción de las cosas bien hechas. Porque si de esta caterva de idiotas dependiéramos, estaríamos limpiando cristales en algún rascacielos y seguramente ellos rezarían para que nos despeñáramos al vacío (un vacío lleno de aire, así que término mal empleado).

Pero vamos, que a mí un pimiento me importa más que eso. Yo en un año, no más, espero tener mi título en mano y ser un músico profesional, y espero ayudar en lo que pueda para el concurso Entre Cuerdas y Metales a quien me solicite que sea su pianista acompañante, sea quien sea y tenga la ideología que tenga, aun siendo Sonsoles, la señora cantante de nuestro presidente ZP, da lo mismo, si sólo se trata de música, da lo mismo. Yo a ningún colega músico le voy a pedir el carné de identidad ideológico. Si lo hiciera habría tirado las sonatas de Mozart y Haydn a la basura hace tiempo. Pero no.

Y ahora, desde aquí, y es una lástima porque ya no va a colar, me gustaría desafiar al Chikilicutre a que participe en el concurso de Canto, a ver si es capaz de pasar la primera fase.

Seguro que no llega ni a la preliminar.

Mientras tanto, yo ya llevo mi primera asignatura aprobada y otras dos que van a caer en breve. Que hayamos aprobado solamente nueve personas de las que se han presentado ya es echarle narices a la cosa. En fin. Señores, pásenlo bien, que con tanta crisis como hay va a estar fastidiada la cosa.

Y yo, mientras tanto, seguiré aprobando cosas hasta el día 3 de julio.

A más ver...

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Hombre! ¡Cuánto tiempo! Pues la verdad es que razón no te falta. Es como el pintor o dibujante que se tira media vida en escuelas de arte y luego llega un mindundi cualquiera y lo suben a un altar con cuatro garabatos. O un escritor que le cuesta Dios y ayuda el que le publiquen algo y luego ve cómo la estanterías de las librerías están llenas de basura mal escrita, sólo porque los temas son rojetes.

Ponte un saco de arena en tu cuarto con la foto de alguno de la SGAE y te desahogas a gusto. Funciona de lo lindo.