CRÓNICA ESPECIAL SEMANA SANTA 2007.

PROCESIÓN DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LOS MINEROS. LA UNIÓN.

Declarada de Interés Turístico Regional.

Tal y como ya dije por ahí, presento la crónica de esta procesión, una de las mejores de la Región de Murcia. El agradecimiento a la fotógrafa de turno, mi hermanísima, por haber estado sacando docenas y docenas de fotos. No puedo ponerlas todas, por eso de entre el montón de imágenes que ha tomado, he hecho un filtro. Aquellas que han pasado este filtro son, sin duda, las que más nos van a acercar a esta procesión del Cristo de los Mineros.

El Jueves Santo minero ha sido históricamente hablando uno de los más importantes de Murcia, como ya he dicho. Me atrevo a decir que es capaz de igualar a una procesión de la famosa Semana Santa cartagenera. No es que nos comamos a los cartageneros con patatas, pero sí que tenemos una procesión realmente magnífica. Este año la televisión ha retransmitido su salida en directo.

Tras el tercio de los estandartes de las distintas agrupaciones, después de la Cruz de Guía, pasamos a ver los tronos propiamente dichos de las distintas agrupaciones de nuestra única cofradía, la Cofradía del Santísimo Cristo de los Mineros.

En primer lugar, la Agrupación de Nuestro Padre Jesús Nazareno, cuyo trono muestro en la imagen. Este no es llevado a hombros. Representa el camino de Jesús hacia el monte donde vilmente lo clavaron a ese madero. No sé si te has parado a pensar, oh lector, en lo que le hicieron a Jesús. El tío ni protestó. Es más... “perdónalos porque no saben lo que hacen”.

En segunda posición sale el trono de la Verónica. La mujer que se acercó llorando a Jesús. Este año no ha llevado tercio. Muestro la imagen del trono en nuestra Calle Mayor:

Continuamos, y en tercer lugar sale una de las agrupaciones estrella. Y no lo digo porque yo vaya en sus filas. Lo digo porque lo dice la gente. Escuché desde la fila con el redoble del tambor de fondo a alguien que decía: “se dan de leches por salir aquí”. Eso de las “leches”, bueno, no era la palabra exacta. La he suavizado un poco. La Agrupación San Juan Evangelista.

Los gritos de los portapasos se hacen oír en toda la calle (¡¡VIVA EL SAN JUAN!!) y la gente aplaude estruendosamente. A la salida de la iglesia levantan el trono al máximo, y cuando sale del todo lo dejan caer de nuevo sobre sus hombros. Nada mejor que unas imágenes, que valen más que mil palabras que pueda poner yo aquí, para vislumbrar por qué la Agrupación San Juan Evangelista es uno de los atractivos principales de esta procesión. En el tercio, estoy en la fila de la izquierda, el cuarto empezando desde el fondo.

A continuación, el trono protagonista en el Encuentro, al final. El trono del palio. La Dolorosa. Sacado también a hombros, justo después de nuestro paso, ahí van ellos.

Si seguimos adelante en nuestro recorrido por esta procesión, nos encontramos con un paso un tanto peculiar. Hablo de La Caridad. Al margen de que debiera salir el viernes en lugar del jueves, este paso tiene una banda de tambores que realmente llama la atención y que se puede ver en las imágenes. Eso sí, le voy a pedir a mi fotógrafa un poquito de por favor... Gema, el año que viene sácame el trono en condiciones. Que de las cuatro fotos que le has echado no me sirve ninguna. Ya sea por la luz o porque se ve mal. Graciaaaas...

Llega en último lugar la estrella de nuestra procesión. El Cristo de los Mineros. Se ha celebrado este año el decimosexto certamen nacional de saetas. Esto implica que cuando el Cristo pasa por determinados puntos de la ciudad, alguien se deja la garganta con ese cante jondo tan tradicional por aquí. La Unión Minera y Cantaora, no la llaman así porque ese nombre hace bonito. Estas saetas si se oyen son todo un espectáculo. Ahora, que si uno está en las filas de penitentes por allá delante, hay que hacer un parón de esos que acabas con la espalda hecha polvo. Doy fe de ello.

El Cristo de los Mineros también es llevado a hombros. Cuando hay saeta de por medio, se hace el silencio, los tambores se callan, y únicamente los portapasos van bailando al Cristo hacia delante y hacia atrás mientras le cantan.

ANECDOTARIO PROCESIONAL:

Algunas cosas que pasan de vez en cuando, normal en todos lados:

• Hachotes que se funden, por ejemplo. Uno de nuestro tercio fue con el hachote fundido durante el primer tramo hasta que le consiguieron uno de repuesto.
• El palio de la Dolorosa tuvo un momento en que se fue a hacer gárgaras. Hasta que se solucionó el tema estuvimos parados. Pasaron fácilmente veinte minutos. A los diez minutos empezábamos a tensarnos. Al cuarto de hora (hablo de medidas a ojímetro, aunque hubiera llevado reloj no habría podido mirarlo) llegó uno de los jefes de filas de la Dolorosa para decirle unas palabras al que nos llevaba a nosotros. Le dijo que nos comunicara lo que pasaba. Claro, el hombre nos decía: “Relajaos un poco que esto va para largo”. Qué gusto poder estirarse un poco. Que de tanto tiempo ya estábamos entumecidos...
• Y la banda de música. Iban los tambores por un lado y la banda de música por otro. Había que estar realmente atento a los tambores para no perder el peso.
• Y la lluvia. La maldita lluvia que cayó durante toda la tarde. Y paró. Al final paró y pudimos salir. A las dos de la mañana estábamos por fin recogidos. Yo caí a la cama fundido. Ni me enteré de que un par de horas más tarde descargó toda la tormeta que se había estado conteniendo durante toda la tarde. Me lo contaron a la mañana siguiente. Ese trueno hizo temblar hasta los cimientos pero ni me enteré durante la noche.

Esta es nuestra Semana Santa. Esta es nuestra procesión. Y si uno puede permitírselo, que se pase cualquier Jueves Santo por aquí. Seguro que no se arrepiente.

Y si querías venir y te lo has perdido, para eso pongo las fotos. Para que puedas vivir más de cerca, oh lector, alguna de las grandes tradiciones de esta España nuestra del siglo XXI.