Crónicas vacacionales 2008 (I)

El año pasado por estas fechas comencé a relatar una serie de curiosas historias que nos sucedieron en esa playa perdida en esos mundos de Dios en un edificio perdido en los mismos mundos.

Desconozco qué pasa este año en este edificio, pero es que no hay nadie. Está el amigo de Coslada, cuyas andanzas ya conocimos el año pasado, 2007. No se llama Ginés, pero sí que le mencioné un par de veces. Y poca gente más. El Alvarito, que se va a mitad de mes, y su hermano; los Cuatro Fantásticos, como siempre, dando la murga; los mismos socorristas del año pasado.

La crisis que no es crisis se está haciendo notar. La porca miseria que rodea nuestro lugar es realmente grande si la comparamos con lo que había otros años por estas fechas.

El sábado y el domingo había más gente, pero no como yo recuerdo. Llevo trece años veraneando en el mismo sitio y nunca vi que hiciera tanto calor y la playa así... de vacía.

Por si fuera poco nos están construyendo un chalet enfrente que parece un hospital. Ya se le ha bautizado como "el ataúd", debido a la forma de la casita en cuestión.

Lo dicho, señores. Me voy, como todos los años, poniendo una crónica de despedida de temporada. No sé si regresaré en septiembre para escribir, pero estoy seguro de que cualquier cosa que cuente Karel, Malo, sobre una supuesta denuncia que me ha puesto y que por eso no escribo, es mentira, porque el chaval es así. Le gusta decir que va a cerrar La Comunidad. Los amantes de la libertad de expresión son así de catetos, qué le vamos a hacer. Incluyo a Sandro en la categoría de ineptos y asaltacunas. Sandro, tienes 37 tacos, hombre, no vayas intentando ligar con inocentes muchachas que tienen 18. Qué bárbaro...

Por cierto, señor Zapatero, muchas gracias por implantar la LOE e impedirme presentarme en septiembre a Piano. He tenido que presentar gracias a ti, ZP, la renuncia a mi plaza en el conservatorio y ahora tengo que repetir el año entero. Gracias, Zeta Pé, nunca olvidaré la porquería de reforma educativa que has hecho y jamás podré olvidar lo que me has perjudicado en mi vida pianística.

Señores, señoras, señoros, miembras y miembros lectores y lectoras, voy a coger la puerta del puerto y me voy a ir a la playa y al playo, procurando en septiembre aprobar un par de asignaturas y asignaturos sueltas y sueltos que hayan podido quedarme gracias a lo despistado (que no despistada, porque soy un machista, o machisto) que soy. Es lo que tiene hacer un ejercicio bien, que no te cuadre el resultado, hacerlo mal (entonces el resultado te parece lógico) y entregarlo; por ello dejas escapar un par de puntos y medio que te llevan prácticamente a un 6'25. Pero qué le vamos a hacer. Soy así de despistado con los números. Supongo que por eso cogí ingeniería, o ingenierío, porque era un reto. Perodismo quizá habría sido demasiado fácil...

Lo dicho. Seguro que a algún fiel lector de este blog lo veré pronto por allí, en La Manga. Mientras tanto, regocijémonos de lo bien que va España y lo bien que lo hace Zapatero. No nos podemos quejar, nos ha dado cuatrocientos euros... a plazos, pero nos los ha dado.