domingo, 13 de diciembre de 2009

Episodio 37. Untitled Chronicle

Se nos metió el frío. Llegó de repente, como la noche cuando uno se pierde en la inmensidad del bosque, como la Navidad, que nos vuelve de nuevo, como todos los años. Señores, esto del cambio climático debe ser una trola. Tres bajo cero en Albacete y tierras de Castilla, siete de mínima aquí en Murcia y ya en Cantabria ni les cuento la que va a caer. Seguro que hará sol. Como aquí está lloviendo...

Pues digo que no sé qué decir. Tiempo ha transcurrido desde la última vez que en este lugar escribí algo, y me he dicho que, aunque no haya cosas que decir, siempre es bueno dejarse caer por estos lares. No sé, tal vez sea bueno dejar constancia a los que suelen seguir Las Crónicas de FJ de que no me he muerto, dejar constancia de que no me ha atropellado un camión (aunque algunos así lo querrían, seguro), vamos, dejar constancia, en definitiva, de que sigo vivo y coleando y que en estos tiempos que corren no tiene sentido alguno hablar de política como he venido haciendo en los últimos años. Más que nada, porque ahora mismo todos sueltan cada paparrucha que yo alucino en colores.

Así que lo dicho.

Que se nos metió el frío.
Que estamos todos con las bufandas, los paraguas, los abrigos y esas cosas, y todo gracias a una cosa que se llama "calentamiento global" y que va a conseguir que el Polo Norte, cuya temperatura es de cincuenta grandos centígrados bajo cero, se derrita, así como el Polo Sur, que llega nada menos que a cincuenta y cinco grados centígrados bajo cero. Todo este cúmulo de despropósitos provocará que La Manga del Mar Menor se vaya a freír espárragos, con la consecuencia de que los veranos que allí me paso también se irán a freír espárragos, y como los que hablan del calentamiento este son muy catastrofistas, eso puede ocurrir de aquí a pocos años, con lo cual mis vacaciones se irán a freír espárragos, y las de tanta gente que conozco también. Y no sólo La Manga, sino quizá las Islas Baleares, las Canarias, Córcega, Cerdeña, Sicilia, todo Hollywood, Madagascar (yo quiero marcha, marcha), la mitad de Australia y toda Groenlandia si nos ponemos.

Corolario final: ¡A tomar viento mis vacaciones en La Manga!

Pero como esto es algo que no nos debe preocupar, al menos a corto plazo, yo me voy a referir a la Navidad. Esa entrañable época del año donde conmemoramos el nacimiento de Jesucristo. Así que ya sabes, si eres ateo (o atea) y todo eso, no te molestes en cenar con la familia en Nochebuena, porque estarías celebrando algo en lo que no crees. Palabrita del Niño Jesús. Vete a trabajar que allí estarás mejor, sirviendo a la comunidad y esas cosas.

Y es que esto de la Navidad a unos les gusta y a otros no.

Es la fecha en la que te reúnes con todas las personas que te quieren y a las que quieres para cenar juntos y esperar al tipo este de rojo, Papá Noël, que viene montado en su súper trineo volador propulsado por los Renos Kriptonianos que vuelan.

Es la fecha de gastar bromitas colgando un monigote a la espalda de alguien, un monigote en el que pone "Kick me" (patéame) o alguna cosa similar: día de los inocentes.

Es la fecha en la que celebras el año nuevo con la boca llena de uvas y llena de babas (sic) ,y no has terminado de felicitar el año a la familia cuando el móvil te suena y ves que alguien se ha acordado de ti y te felicita el año nuevo. Te puedes dejar el saldo contestando mensajes, pero da lo mismo. Felicitar el año nuevo a la gente que quieres es algo que no tiene precio. Que Movistar, Vodafone u Orange se apliquen el cuento...

Es la fecha en la que vas a un centro comercial atestado, repleto de gente, a comprar esos regalos para la familia. Me sé de uno que se va a liquidar "Eclipse" estas Navidades. "Eclipse", de la saga Crepúsculo, sí... la del vampiro ese llamado Edward Cullen y el hombre - lobo mala sombra llamado Jacob Black, el mismo.

Y por fin, cuando se regresa a las clases de la universidad, los que estamos estudiando, claro, comienzan los exámenes, esas idas y venidas de gente a la biblioteca, a los despachos de los profesores, a las aulas de la universidad.

Y esto es lo que hay, amigos lectores. Si es que las cosas son como son, y no como uno quiere que sean. Es el transcurrir de la vida. Tenemos la Navidad otra vez a la vuelta de la esquina. Si es que me estoy haciendo viejo. Mi vigésimocuarto cumpleaños es en Marzo, pero justo por eso, por nacer en Marzo, llevo ya veinticuatro Navidades sobre la faz de la Tierra, y muchas más que espero poder felicitaros a todos.

Y seguramente en eso consista la próxima entrada de estas mis Crónicas. En felicitar las Navidades a todos los que me lean. Eso si es que el calentamiento global no me inunda la casa.

Y para felicitar a mis amigos usaré el Tuenti.

Supongo que para algo tiene que servir, ¿no?

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