Pues sí, días de luto van a ser estos que ahora vienen. Y es que es tremendo que la dejen venir de Houston para pasar las Navidades con la familia, y hoy, a día 14 de diciembre, deje este mundo para irse (seguramente) a un sitio mejor.
Loyola de Palacio murió ayer a las dos de la tarde. Al final el cáncer ganó la batalla en la Tierra (porque según dicen, más allá de la Tierra no hay cáncer que asome el hocico).
Y es que es lo que tiene esto, uno nace, crece, se desarrolla y se va al otro barrio, y si es riéndose de la Muerte en sus mismas narices, mejor que mejor. Supongo que Sorrocloco vendrá ahora a decir que al PP le ha tocado la lotería con la muerte de Loyola. No me extrañaría Sorrocloco es un profundo idiota.
Veo en Libertad Digital todo esto (incluso la fotillo esta que he puesto).
Veo que el Gobierno ha expresado sus condolencias y también el Rey de España. También el PP ha mandado a los familiares una carta.
Pues nada, Loyola, que te has ido en el momento justo, digo y señalo, que para quedarse en este Infierno en la Tierra más vale irse a un sitio donde los prados verdes se extiendan más allá del horizonte y las aguas cristalinas de los ríos suenen como los agudos timbres de las campanas a mediodía. Y que conste que no digo lo de Infierno en la Tierra por Zapatero y la Compañía de las Tres T (Tarugos, Tontazos y Taraodos, véase Tiempo, Temple y Tenacidad). Veo que ZP ha leído Harry Potter 6, donde salen las Tres D en las clases de aparición...
Bueno, que a lo que yo iba.
DESCANSE EN PAZ (¡¡noooo, no en esa paz, Zapatero, NO - EN - ESA - PAZ!!)
jueves, 14 de diciembre de 2006
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1 comentario:
A Jose Luis Rodriguez (ZP), no confundir con Jose Luis Rodriguez "El Puma" y en esa linea habitual de copiar malas ideas que le caracteriza; pues las buenas las desconocé. La ocurrencia de las TTT se la debe al viejo chiste de Jaimito "La ciudad de las cuatro Tes es: Tonto También Tan Tebastian".
Y que quede claro. Ojala hubiera aprendido de Loyola de Palacio: La Veracidad. Esa virtud que consiste en mostrarse verdadero en actos y en palabras, evitando la duplicidad, la simulación y la hipocresia.
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