Una vez dicho estas palabras dedicadas a uno de los mayores amantes de la libertad de expresión del Reino de España, entremos en materia con las novedades. No sé cómo decirlo: NO VOY A HABLAR DE POLÍTICA EN VERANO, ME NIEGO A HABLAR DE POLÍTICA EN VERANO, JOÉ, QUE LA ÉPOCA ESTIVAL ES PARA DISFRUTARLA Y NO PARA HABLAR DE POLÍTICA, AUNQUE ALGUNOS SIGAN DANDO POR SACO HASTA EN AUSTRALIA.
Pasemos al tema del día.
DÍA 18 DE AGOSTO. Y SIGUIÓ EL PLASTA DEL POLICÍA BIGOTES.
El buen hombre no acepta que no se le quiere de presidente. No acepta que ya no está en el poder. Se dedica a crispar a unos y a otros. Y ya ha costado más de una dimisión este verano.
Jose, el socorrista se largó a principios del mes de agosto, siendo sustituido por otro pobre muchacho al cual el Sheriff ya se la ha liado. Es viernes por la tarde, día 17 de agosto, y el hijo mayor del Sheriff se lleva amiguitos a la piscina. El nuevo socorrista ya había pasado por esta circunstancia antes. Dejó pasar a mi señora hermana con trece pero mi señora madre fue tajante: “Por hoy, déjalas. Pero no vuelvas a dejarlas pasar (y a mi hija la primera) porque te estás jugando el puesto”. Es decir, “cumple con las normas que si no te largan”. Hombre, traerse a un colega no está mal. A uno. Pero no a trece. Y aquí el hijo del Sheriff no sé a quién se trajo, ni me importa en absoluto su vida, pero sé que el socorrista pidió la ficha. Craso error. El que se fue también se atrevió a pedir la ficha al otro hijo del Sheriff y miren cómo acabó la cosa. Pues no les dejó entrar, como debe ser, porque aquí sin ficha no se pasa y porque “vosotros no sois de aquí”, por los amigos del niño.
¿Y entonces qué hacen los niños? ¿Qué hace El Hijo Mayor? ¿Qué hacen sus colegas? ¿Qué hace el Sheriff, en definitiva? Pues a los cinco minutos está allí con el padre del otro amigo, según las fuentes de Radio Patio, y empieza a dar voces, en un ejercicio de lo que el señor fiscal general del Estado Cándido Conde Pumpido denominaría “una actitud vociferante”. Entre las frases más destacadas, me cuenta Radio Patio, están las siguientes:
“¡Esto ya no se va a repetir más!”
“¡Cuando yo sea presidente esto no vuelve a pasar!”
“¡Qué poco le queda a este [por don Francisco Teatino] de presidente!”
¿Y qué hiciste tú, Andrés, cuando fuiste presidente? ¿Poner los jarrones con piedras en la piscina para que algún niño pequeño se descalabrara la cabeza ante un posible tropiezo o resbalón?
El Policía Bigotes, alias El Sheriff, continúa además con otroas cosas sus lecciones magistrales de talante, buena armonía y paz entre los vecinos y socorristas de esta nuestra comunidad. Después de las larguísimas mañanas en las que por estar trabajando no me entero absolutamente de nada de lo que ocurre, la salvación se llama Radio Patio, uno de los pocos medios que no es de Polanco, Dios le tenga en su gloria, sinceramente lo digo, pues no soy tan desgraciado como para desear el tormento eterno a alguien. Además, en el cielo no hay tele... o eso creo.
Bueno, pero yo estoy hablando del Sheriff. Pasamos al Capítulo de las Sombrillas. Resulta ahora que después de lo que acabo de contar, se queja el buen hombre de que han quitado las sombrillas de la piscina, sin que hayan transcurrido veinticuatro horas desde la anterior mamarrachada. Sí, es que en la piscina hay unas sombrillas que se ponen para quitar el sol, pero cuando los vientos de Levante soplan durante la mañana se corre el serio riesgo de que las varas de la sombrilla se partan. De todas formas el sol pegaba de lo lindo, y el Sheriff protestaba por las sombrillas, poniendo, como siempre, el grito en el cielo, y lanzando las calumnias e injurias sobre el presidente.
“¡Es que aquí no hay quien esté!”, decía, indignado, el señor Qué Poco Le Falta A Éste.
Vamos a ver, hijo mío, que un poco más tonto y naces como nuestro Anónimo Cojonero = Ponty Revientablogs. ¿Tú a qué vas a la piscina, eh? ¿A pasar calor o a darte un baño y refrescarte? ¿Cómo se te ocurre decir en una piscina “Aquí no hay quien esté del calor que hace” cuando puedes darte una ducha y meterte al agua de cabeza, pedazo de tarao? ¡Si es que de donde no hay no se puede sacar! ¿De qué llenas un cubo para que pese menos? ¡De agujeros! Pues este tío tiene el cerebro lleno de agujeros. Vamos, hombre, un tío que no pega un palo al agua quejándose de las malditas sombrillas que pueden resquebrajarse con el viento. Este merluzo seguramente no tiene ni idea de lo que es volver de currar durante ocho horas seguidas (descanso de 20 minutos en medio). Vamos, iba a fijarse en las sombrillas o en los paraguas... se iba derecho al agua, ¡joder si se iba derecho al agua!
Y para terminar, fijémonos bien en lo que nos comentaba Albert d’Caro en anteriores comentarios de anteriores entradas... la obra del chalet y el Ipanema a quien le han fastidiado bien las vistas. ¿Algo positivo?
Sí, ahora cuando sople el viento de levante se lo va a comer el tipo del chalet.
Y sin más, me despido hasta la próxima diciendo: Ponty, sé lo que hicisteis el 13 de marzo. Sí, Ponty, es que tu forma de escribir te delata, cenutrio...
PD. Creo que tras cierto temblor de tierra Estafo acabó en el suelo... pero por suerte (por desgracia para el anónimo insultante, Pontepadarte, seguro) sólo fue eso. Ay, Señor, estas placas tectónicas...